Expertos del Instituto de Radiología de Brasil comparten varios aspectos de la quinta edición del sistema de información y datos de imágenes mamarias BI-RADS.
Si la paciente no tiene una alteración palpable, la recomendación es volver al rastreo. Sin embargo, si esta tiene palpación positiva, se sugiere realizar ultrasonografía para buscar el hallazgo palpable. En los dos casos el BI-RADS es uno, sin embargo, en casos de malignidad conocida en aquellos que se sometieron a la quimioterapia neoadyuvante aunque no se ha determinado el tratamiento definitivo realizado, representa una excepción a esta regla.
En este entorno clínico, a diferencia de la situación habitual, sería más apropiado dar una evaluación de la malignidad probada y comprobada por biopsia (BI-RADS 6) en lugar de negativo o benigno (BI-RADS 1 o 2) a pesar del hecho de que no hay anormalidades en el estudio de imágenes. Esto porque la asignación de una evaluación negativa o benigna puede causar confusión entre los médicos e incluso los propios pacientes, que pueden creer que están curados sin cirugía, aunque la práctica actual dicta que el paciente tendrá más tratamiento quirúrgico, ya sea mastectomía o tumorectomía, a pesar de imágenes negativas.
Finalmente, la asignación de una categoría 6 de BI-RADS apropiadamente saca el caso de la auditoría. En casos como estos, se sabe que el paciente tiene un cáncer tratado de manera incompleta y la evaluación BI-RADS se realiza con base en una combinación de factores de imágenes clínicas.
En 2013, hubo una unificación de los descriptores de la forma de los nódulos. La 5.a edición considera apenas tres tipos (redonda, oval e irregular) comunes en mamografía, ecografía y RM. Lo anterior porque había mucha confusión entre los métodos de imagen, generada por la descripción de formas diferentes.
En la edición pasada, la mamografía tenía cuatro formas y la ultrasonografía tres porque el léxico fue creado por comités específicos compuestos por personas diferentes para cada método de imagen.
El reconocimiento de los hallazgos normales y los cambios más comunes, así como la correcta utilización propuesta por el léxico BI-RADS, son herramientas fundamentales en la práctica diaria del radiólogo
Además, otra confusión era el contorno microlobulado con la forma lobulada. En la mamografía había cuatro formas y en la ultrasonografía tres. En esta versión, la forma lobulada fue incorporada a ovalada, así como era descrito en la ultrasonografía. Entonces ahora, tanto en el BI-RADS del ultrasonido y de la mamografía, la descripción de la forma es la misma: redondo, oval e irregular. Se puede considerar como una modificación positiva, ya que facilitará la descripción y comparación entre las modalidades.
Otra actualización ocurrió en la probabilidad de malignidad de las calcificaciones. Anteriormente, las calcificaciones se dividían en 4a, 4b y 4c, respectivamente, baja sospechosa, sospecha intermedia y alta sospecha. Las calcificaciones de baja sospecha eran las groseras y heterogéneas, sin embargo, en la 5a edición, la morfología de heterogéneas groseras pasan de baja sospechosa a sospecha intermedia. De esta forma, la mayoría de las calcificaciones tienen sospechas intermedias y sólo las finas y lineales son de alta sospecha.